Absid

 

El acero con que están hechos los hombres

traspasó la tierra, avanzó hacia el mar

se comió los árboles y contempló la luna.

Sin embargo nadie escapa de rechazar la pólvora,

olvidar al tiempo, detener al fuego y saborear la sal.

No es la carne vil ni los tumultuosos músculos,

no es el manto de la piel

ni la oxidada sangre,

no es el bombo corazón ni los enredados nervios

el material que constituye al hombre.

Es la voluntad de encontrarle un sentido a todo

el carbón que alimenta el movimiento,

para tratar de comprender por qué pasado el tiempo

el transcurrir de todo el universo

se esfuma tras el detener de un cuerpo.

Quizás los hombres al tratar de comprenderlo todo

se sienten muertos sin haber nacido

por darse cuenta de la ausencia del sentido.

Mañana no estaré más que en algún mito…

 

pintura-resta-1

Camila

 “Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín…”
Juan Gelman

El cuerpo que no es tu cuerpo,
tu carne aunque no exista,
la impresión inacabada
de que no te fuiste,
de que siempre has sido.

Cuando te des cuenta que vomitas el cielo
vas a saber que vos sos yo,
que yo no existo, que yo no fui
sino que somos.

Y como el mar,

aunque no estés,
aun te veo.

camille

Zaboch

 


«…explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome»
Alejandra Pizarnik

Absorbe la luz, mastica la tierra (los árboles no están)
se han ido, han partido (el fulgor del amor no existe)
hay que comer las flores, adherirse al cielo (uno es todo)

El amor un demonio, el odio, un pasaje.

La venganza: un invento humano.

Los colores: un cuerpo, una agonía.

¡Que el olvido no me nombre! ¡Que se quede callado!

En este momento soy un detener del tiempo
un galopar de númenes que huyen,
una musa inexistente,
las raíces de un árbol, el fluir de un río
una montaña muerta, un sentimiento vivo.

Estoy parado en medio de la eternidad
(he dicho eternidad sin caer de rodillas)
sin que tiemblen los pies…
como si pudiera comprender la evanescencia del infinito.

Del mar hacia adentro.
Del océano hacia afuera.

amanecer-dali

Schreiben

«Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.»
Oliverio Girondo

Empecé escribiendo en los baños anónimos,
luego mandé mensajes de textos a desconocidos,
después comencé a llamar en las madrugadas
a mujeres solitarias, específicamente a las que el cielo les pesa.
Terminé por escribir cartas de amor en los colectivos,
porque de alguna forma tenía que demostrar que estoy vivo,
que toco las sombras, que siento las luces
y que todo no es un sueño, un espejismo de la nada.

Ahora ya no hago eso, quizás por la rutina o
por los dolores de los miércoles…pero a veces
cuando veo a alguien tan triste como yo
me gustaría decirle algo que lo deje clavado en la tierra
y partido por un rayo.

Insomnius

«-limpios así de la carroña 
y altos de penumbra-


Somos un infinito alarido por la espera.»
Enrique Gracia Trinidad

Un tambor que va a destiempo,
persuadir los temblores del recuerdo,
alimentar un gong que siempre crece,
una excusa del pensamiento,
un zigzag de preguntas sin respuestas,
un teléfono que nunca suena,
masticar las horas de cemento,

la pesadilla de un burócrata,
entender mejor al viento,
caminar por un precipicio de preguntas,
comprender las vertientes del silencio,
esperar algo que no existe,
que no se sabe bien qué es
y que por sobre todo
nunca llega a tiempo.

Monde

«-¿ Y los que no tienen sepultura? , preguntó Reb Azel. -Todas las sombras del universo, respondió Yukel, son gritos.»

Edmond Jabès

Hay un momento donde todo se condensa y se disipa con la niebla.

Hay una calle que cada vez que se junta con nuestros cuerpos se arrastra tras las sombras.

Todavía incluso hay un halo de luz que entra en las persianas, nos impide dormir, nos empuja de las sabanas y nos proyecta a las veredas.

Hay ciertas camas que han visto poblar tus sueños, que han tocado todos los rincones de tus cuerpos y aun así no las recuerdas.

Hay deseos insatisfechos tan intensamente que son los que mueven todos los caminos que te anudan.

¿Dónde vas a estar cuando ya no quede nada más que el infinito sentimiento de la ausencia?

¿Qué poder te empuja a habitar las interminables colas de los supermercados?​

¿Qué buscas del viento cuando sopla y te deja llorando tras los ruidos?

¿Quién se fue y te llevó que nunca más volviste?​

¿Cómo explicas que el mar jamás te quita el sueño?

¿Qué miedos te plantó el mundo que se deshace entre tus manos y lo que más vergüenza te da es
que te vean desnuda o te supliquen por un beso?

Toda queja es innecesaria,
cuando exhale el ultimo trozo de aire que me mueve
y el tiempo se transforme en un gong infinito,
las inmersiones al océano
no habrán sido más que un filamento
más en el desierto de la historia humana.